La figura del enfermero/a es clave en la recuperación de cualquier paciente: no solo realiza un seguimiento en su evolución que orienta al médico en la toma de decisiones, sino que los guía para que puedan ser autónomos en el momento del alta. El rol del director de enfermería, en cambio, está más enfocado a la evaluación y la supervisión del equipo de profesionales de enfermería de un centro u hospital. Enfermería siempre ha sido una profesión en la que han predominado las mujeres, y este modelo se replica en la Dirección de Enfermería: según un estudio de Westerman, en España este cargo lo ocupan un 69% de mujeres frente a un 31% de hombres. A continuación, hablamos de las funciones asociadas a este rol.
Como cabe suponer, para poder aspirar a un puesto como el de Director de Enfermería es imprescindible contar con un grado en Enfermería, y suma puntos haber cursado algún máster, como por ejemplo uno en Administración Sanitaria. Además de atesorar un alto nivel de conocimientos en atención al paciente y procedimientos hospitalarios, deberá poder elaborar presupuestos básicos y demostrar aptitudes para la gestión del estrés y la resolución de problemas. Madrid reúne a un porcentaje elevado de estos profesionales, y le siguen otras ubicaciones como Barcelona y Valencia. La media de antigüedad en sus centros de trabajo es de 6,6 años.
Entre las funciones que desarrolla un director de enfermería se encuentran dirigir a todos los enfermeros/as y auxiliares de enfermería, coordinar los procedimientos de ingreso y atención al paciente, marcar los objetivos del departamento de enfermería o dirigir los procesos de contratación de personal. Un director de enfermería debe haber ejercido previamente como enfermero, y en esta nueva posición deberá demostrar que está actualizado en la normativa legal relativa al sector, que puede elaborar informes financieros y que identifica las KPI de rendimiento y calidad en el trato con el paciente.
