La semana pasada el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de la denominada Ley de Startups. Bajo el paraguas del término startup se englobarían empresas de nueva creación y de carácter innovador con sede social en España, no cotizadas y que no hayan distribuido dividendos. La nueva ley pretende frenar la fuga de cerebros de nuestro país y estimular la inversión. A continuación, te contamos los puntos más importantes.
Como acabamos de mencionar, la Ley de Startups se dirige a empresas de base tecnológica, jóvenes empresas innovadoras o pymes innovadoras. La ley supone un paso más en el impulso de I+D+i y en la colaboración entre grandes compañías, pymes y empresas emergentes. Una de las claves que debemos destacar es que el Impuesto de Sociedades pasa del 25% al 15% en startups en un máximo de cuatro años. El primer periodo impositivo en que la base imponible sea positiva se inicia el plazo para disfrutar del 15%, y se extiende a los tres siguientes si la empresa continúa con la calificación de emergente.
Con respecto a la inversión, la Ley de Startups contempla que la base máxima de deducción por inversión en empresas de nueva creación será de 100.000 euros anuales, cuando hasta la fecha era de 60.000. El tipo de deducción cambia del 30 al 40%, y además la calificación de reciente creación aumenta de 3 a 5 años, e incluso a 7 años en determinados sectores.
Con el fin de retener el talento en España, la Ley de Startups prevé un visado específico para los nómadas digitales, es decir, para aquellas personas que trabajan en España para una empresa extranjera. Por último, otra de las ventajas de esta ley es agilizar los trámites para el cese de actividad, puesto que es uno de los escenarios que se pueden dar a la hora de emprender.
