El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la primera parte de la reforma de las pensiones, que entrará en vigor en 2022 y podrá ser revisada en 2027. Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, ha explicado que las medidas persiguen garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas. El anteproyecto, que está enmarcado en el Pacto de Toledo y el Plan de Resiliencia, deroga la reforma de 2013 y la aplicación del factor de sostenibilidad. Recogemos sus principales claves:
-Las pensiones se revalorizarán de acuerdo al IPC el 1 de enero de cada año. Según esto, el 1 de enero se actualizarán las cuantías en base a la inflación registrada el año anterior. En el supuesto de que el IPC fuera negativo, las pensiones se mantendrán como el año previo.
–Se dificultan las prejubilaciones. Uno de los objetivos de la reforma de las pensiones es que la edad real de jubilación (64 años) se aproxime a la legal (66 años), con el fin de que el sistema continúe ingresando cotizaciones más tiempo. Las reducciones se aplicarán sobre la cuantía de la pensión y no sobre la base reguladora. La penalización más alta puede llegar al 21% en aquellas personas que se jubilen a los 63 años con menos de 36 años y 6 meses cotizados.
–Se incentiva el retraso en la edad de jubilación. Se aumentará un 4% la cuantía de la pensión por cada año completo que se retrase la jubilación, o se podrá recibir ese importe en un pago único al retirarse, que puede alcanzar un máximo de 12.060 euros.
–Se deroga la reforma del 2013 y la aplicación del factor de sostenibilidad, que pretendía recortar la pensión de jubilación en función de la esperanza de vida. Este factor iba a entrar en vigor en 2023 y era el mecanismo diseñado para soportar el gasto que va a producirse en el sistema con la entrada de la generación de los baby boomers (personas que nacieron entre los sesenta y setenta del siglo pasado).
-Con esta reforma de las pensiones, el déficit de la Seguridad Social será sufragado con impuestos.
Aunque ya está aprobada esta primera parte, todavía quedan aspectos por concretar. Entre ellos, la fórmula de equidad intergeneracional que sustituirá al factor de sostenibilidad, el nuevo sistema de cotización por ingresos reales para los autónomos o la elevación gradual de las bases máximas de cotización.